En el presente trabajo mencionaremos una problemática que se dio a nivel nacional, por un desacuerdo del pueblo y el gobierno. En la construcción de la carretera en el territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, que está ubicado entre Beni y Cochabamba. El TIPNIS posee doble categoría de protección: desde 1965 es un parque nacional y a partir de la “marcha por el territorio y la dignidad” de 1990 es un territorio indígena donde habitan ancestralmente los pueblos moxeño, yuracaré y chimane en 64 comunidades con una población de aproximadamente 6.000 habitantes. El TIPNIS tiene una importancia fundamental para la conservación ambiental en Bolivia debido a su gran riqueza en biodiversidad.
Desde hace algunos meses atrás, Bolivia se ha sumergido en un fuerte debate sobre la construcción de una carretera que atraviesa una región postergada y permite integración entre dos importantes regiones que se hallan incomunicadas por las condiciones topográficas de la zona, se trata del Tramo II de la Carretera Villa Tunari y San Ignacio de Moxos que atraviesa el Parque Nacional Isiboro Secure.
EL dilema surge a razón que dicha zona fue declarado Territorio Indígena (TIPNIS) y los pueblos de la zona se han opuesto a su construcción. Pero la problemática se divide en dos partes la comunidades interculturales o colonos que son parte de las federaciones de cocaleros del Chapare que apoyan la construcción de la ruta, porque tendrán facilidad para llevar sus cosechas de coca a los centros de comercio del Chapare. Pero sin embargo, otros sectores aseguran que los colonizadores atravesarán la “línea roja”, que los divide, también temen que el destino final de los cultivos sea el mercado ilegal, aparte de proteger la biodiversidad de las tierras.
Los marchistas tuvieron que pasar 66 días y una violenta represión que se dio el 25 de septiembre siendo un acto de dura violencia contra los Indígenas, mujeres, niños, ancianos, etc. Por la defensa del TIPNIS, ellos piden que el Presidente respete el territorio Indígena y el parque nacional Isiboro Secure, y de que la carretera no parta en dos un área protegida. Los Indígenas dispuestos a hacer valer los derechos de su amado territorio comenzaron con una marcha pasiva desde el 15 de agosto rumbo a la ciudad de La Paz, cumpliendo su prometido el 19 de octubre, con una entrada triunfal y un reconocimiento por los bolivianos agradeciendo la defensa de uno de los territorios más bellos de Bolivia, aproximadamente unos 2000 marchistas indígenas, acompañados de miles y miles de personas entre estudiantes, trabajadores, intelectuales y activistas llegaron el miércoles 19 para exigir al presidente Evo Morales que atienda sus demandas y apruebe una normativa para que la carretera Villa Tunari –San Ignacio de Moxos no pase por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Los marchistas, en todo su recorrido por estas zonas, recibieron aplausos y apoyo de miles de ciudadanos paceños y de otros departamentos que gritaban “El TIPNIS somos todos”. Nombrando a los marchistas “Los héroes de la defensa de la Madre Tierra”, por el sacrificio que realizaron al recorrer 600 kilómetros de caminata desde la ciudad de Trinidad rumbo a La Paz. Además expresaron su solidaridad entregándoles presentes y reservas para su regreso.
Los medios de comunicación también reconocieron el heroico transitar de los marchistas en los 66 días, invitando a los ciudadanos a su llegada e informándonos sobre el transcurso y los momentos más sobresalientes de la marcha. La televisión, la prensa, la radio, el internet, las redes sociales, como el Facebook quienes nos proporcionaban información como ser el grupo TODOS SOMOS TIPNIS, cumplían un importante papel motivando a las personas a unirse a la marcha, como también destacaron las personas que se encontraban a favor de la construcción de la carretera para un desarrollo mejor del país.
Reconociendo que el parque nacional y territorio indígena que tiene una enorme biodiversidad. El Isiboro Sécure fue denominado por el investigador Alcides D’Orbigny como “la selva más hermosa del mundo”. Por sus características de vegetación y humedad es un sistema ecológico muy frágil que sería destruido en pocos años por una carretera que diera lugar a sembrados de coca o peor explotación de hidrocarburos o minerales. En el parque habitan etnias moxeñas, yuracarés y caimanes, unas 4.000 personas, culturas ancestrales, que viven en gran parte de la caza y la pesca.
También el ámbito político, el de la construcción democrática, ha sido escenario de grandes capitulaciones gubernamentales y, consiguientemente, profundas frustraciones para la marcha del proceso de cambio. El soberano mandato del pueblo boliviano, claramente expresado en la nueva CPE, establece el imperativo supremo de construir el Estado Plurinacional Comunitario, concebido como la integración emancipadora de la sociedad boliviana, que amplía y profundiza la democracia mediante sus formas directas y comunitarias, y el autogobierno local y étnico expresado en las autonomías indígena, departamental y regional. El Estado Plurinacional Comunitario, en ningún caso será la conculcación de la tradicional democracia representativa, sino su profundización y complementación histórica dando al conjunto de la sociedad más derechos, garantías, libertad y participación en las decisiones públicas, en síntesis, más democracia. Sin embargo, el gobierno de Evo Morales ha tomado una inocultable opción antidemocrática; ha violado reiteradamente la nueva CPE recién aprobada por la esperanzada voluntad de transformación democrática del pueblo boliviano, y ha cancelado la auténtica construcción del Estado Plurinacional.
La norma descarta la carretera por el Tipnis y lo declara intangible.
En el acto de promulgación, en Palacio de Gobierno, los indígenas recordaron a Evo que se negó a darles encuentro en su caminata y que fueron reprimidos por la policía.
Los representantes marchistas que fueron invitados al podio, mientras que Morales les aclaró que nunca tuvo ningún interés en la construcción de la carretera San Ignacio de Moxos - Villa Tunari que buscaba partir el Territorio Indígena Parque Isiboro Sécure. La dirigente mojeña, Miriam Yuganore, resaltó que en los 65 días que duró la marcha, siempre pidieron hablar con el mandatario pero nunca bajó donde se encontraban para poder entablar un diálogo sincero.
El mandatario, al momento de su discurso, atribuyó la elaboración de esta ley a los pueblos del Tipnis, por ello pidió a sus dirigentes que puedan explicar a las demás comunidades de este territorio que quieren la vía, las razones por las cuales se llegó a este acuerdo.
"Una cosa son nuestras fuerzas sociales que no conocen, pero la gente que vive ahí adentro (en el Tipnis) tiene la obligación de explicar este acuerdo y que no me echen la culpa a mí sobre este tema", pidió el Jefe de Estado. Los indígenas preparan su retorno a sus lugares de origen.
Evita la carretera y lo declara intangible
Los principales temas de la nueva Ley promulgada en Palacio de Gobierno son la eliminación de la posibilidad de construir una carretera a través del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y la declaratoria de intangibilidad de la zona.
La Ley tiene 5 artículos. En el artículo 1 se dice que "se declara al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure-TIPNIS patrimonio sociocultural y natural, zona de preservación ecológica, reproducción histórica y hábitat de los pueblos indígenas Chimán, Yuracaré y Mojeño-trinitario, cuya protección y conservación son de interés primordial del Estado Plurinacional de Bolivia".
El mismo artículo dice que "se declara al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure-Tipnis como zona intangible". Mientras, en el artículo 3 "se dispone que la carretera Villa Tunari San Ignacio de Moxos, como cualquier otra, no atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure".
El artículo 5 establece que "al ser declarado territorio intangible, los asentamientos y ocupaciones de hecho promovidas o protagonizadas por personas ajenas a los titulares del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure-Tipnis, son ilegales y serán pasibles de desalojo con intervención de la fuerza pública si fuera necesario a requerimiento de autoridad administrativa o judicial competente".
El presidente de Bolivia, Evo Morales, dio un paso clave en la búsqueda de recomponer aunque sea en parte las relaciones con sectores tradicionalmente aliados, al decidir que ninguna ruta atraviese el Parque Nacional cuya preservación defendió una marcha de unos 2.000 indígenas. Antes de reunirse con la dirigencia de la marcha, Morales objetó parte de la llamada Ley Corta que había sancionado el Congreso para impulsar una consulta popular sobre el tema, y propuso la redacción de un nuevo texto, que incluya la declaración del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) como zona intangible.
En una declaración de prensa que ofreció antes de reunirse con la dirigencia de la marcha, Morales informó sobre esa determinación que, aseguró, “recoge textualmente la propuesta presentada” por los manifestantes.
“Se dispone que la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos o cualquier otra no atravesará el Territorio Indígena Parque nacional Isiboro Sécure (TIPNIS)”, será la modificación principal a ese proyecto de Ley, remarcó el mandatario, según la estatal agencia ABI.
Morales anticipó que se incorporan a la iniciativa otros artículos también propuestos por los marchistas, que un rato más tarde almorzaron con el presidente y varios ministros tras la absurda polémica de ayer por el lugar donde se haría la negociación.
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, celebró la decisión del mandatario de vetar el paso de una carretera por el TIPNIS, que dijo recibir con “mucha complacencia” y en similares términos se manifestó el titular de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes.
En la reunión que Morales mantuvo con los 20 dirigentes elegidos para representar a los marchistas -que finalmente se hizo en el Palacio Quemado- el jefe del Estado entregó una copia de su resolución y se decidió un pase a cuarto intermedio hasta que los indígenas conversaran la cuestión con los grupos que estaban fuera de la Plaza Murillo.
La idea es que, con la respuesta de estos, la comisión indígena retome las conversaciones con Morales en busca de establecer una agenda de trabajo. El líder de los marchistas, Fernando Vargas, destacó la “enorme voluntad de diálogo” de Morales.
El Tipnis se respeta, dijo la dirigente Miriam Yubanore al presidente Evo Morales. “El proceso de cambio no se construye maltratando al otro”, añadió el presidente de la subcentral del Tipnis, Fernando Vargas. “El 25 de septiembre, en el monte, nos quisieron linchar”, remató el presidente de la Cidob, Adolfo Chávez. Ese fue el eje de los discursos que emitieron ayer los dirigentes en la promulgación de la ley 180 que protege el parque Isiboro Sécure.
Morales no se dio por aludido y no mencionó en ninguna parte de su discurso el problema de la represión en Yucumo; solo dijo que hay 200 pedidos de pueblos indígenas que reclaman caminos y que en este caso él cumplió con la promulgación que fue exigida por los marchistas y lograda con la caminata de más de 600 kilómetros.
Pero la firma de la nueva ley no puso fin al conflicto, porque resta redactar el acuerdo principal en un solo documento y designar a los delegados que trabajarán en el reglamento que requiere la norma.
Las fricciones entre el gobierno y los indígenas no quedaron atrás como mencionaron. Ni siquiera hubo acuerdo sobre la presencia de los indígenas en la promulgación de la ley, porque primero les dijeron que no habría la firma porque había 40 oradores en la sesión de la Asamblea y que se podía tardar hasta 10 horas en escuchar todas las exposiciones.
Pero a la promulgación de la ley le antecedió una sesión en el Legislativo donde no faltó el enfrentamiento entre oficialistas y opositores; a esta sesión fueron ‘invitados’ una decena de dirigentes que observaron los enfrentamientos verbales entre los dos bandos políticos.
Amalio Puris, un dirigente de la Organización Indígena Chiquitana (OICH), dijo sentirse decepcionado por el debate parlamentario, “yo pensaba que había más respeto, que no se gritaban, es decepcionante ver a los hermanos legisladores, uno tiene otra idea de lo que es esto”, dijo cuando fue consultado sobre los insultos que intercambiaban los parlamentarios.
Alrededor de las 20:30, las bases de los marchistas empezaron a llegar hasta la plaza Murillo, pero el Gobierno restringió su ingreso.
En Palacio, los tres dirigentes que hicieron uso de la palabra reclamaron a Evo Morales por los sucesos de Yucumo, el 25 de septiembre. El dirigente Adolfo Chávez, con lágrimas y con la voz quebrada, dijo: “ojalá que nuestros hermanos no estén planificando su vida en la cárcel”, en referencia al proceso que instauró la ministra de Justicia Nilda Copa en contra de los presuntos responsable del denominado ‘secuestro’ del canciller.
“No nos vean como sus enemigos. Somos sus hermanos de carne y hueso. Queremos seguir viviendo en paz, no somos dañinos, no somos ofensivos, somos sus hermanos”, agregó el dirigente.
“Le pedimos al presidente, a todo su gabinete de ministros, respetar la Constitución. De un Gobierno indígena, queremos que se respete los derechos de los indígenas", pidió Fernando Vargas, a su turno en la testera.
Finalmente, el presidente Evo Morales promulgó la Ley de Protección al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, pero pidiendo a la dirigencia indígena que ‘explicara’ a las comunidades del parque que sí quieren carretera las razones para suspender la construcción de la vía, para que “no me echen la culpa a mí sobre este tema”, expresó el mandatario.
Pasada la medianoche, los marchistas iniciaron el festejo por la ley en plena plaza Murillo, con el acompañamiento de los músicos indígenas, por la victoria obtenida.
Morales no se dio por aludido y no mencionó en ninguna parte de su discurso el problema de la represión en Yucumo; solo dijo que hay 200 pedidos de pueblos indígenas que reclaman caminos y que en este caso él cumplió con la promulgación que fue exigida por los marchistas y lograda con la caminata de más de 600 kilómetros.
Pero la firma de la nueva ley no puso fin al conflicto, porque resta redactar el acuerdo principal en un solo documento y designar a los delegados que trabajarán en el reglamento que requiere la norma.
Las fricciones entre el gobierno y los indígenas no quedaron atrás como mencionaron. Ni siquiera hubo acuerdo sobre la presencia de los indígenas en la promulgación de la ley, porque primero les dijeron que no habría la firma porque había 40 oradores en la sesión de la Asamblea y que se podía tardar hasta 10 horas en escuchar todas las exposiciones.
Pero a la promulgación de la ley le antecedió una sesión en el Legislativo donde no faltó el enfrentamiento entre oficialistas y opositores; a esta sesión fueron ‘invitados’ una decena de dirigentes que observaron los enfrentamientos verbales entre los dos bandos políticos.
Amalio Puris, un dirigente de la Organización Indígena Chiquitana (OICH), dijo sentirse decepcionado por el debate parlamentario, “yo pensaba que había más respeto, que no se gritaban, es decepcionante ver a los hermanos legisladores, uno tiene otra idea de lo que es esto”, dijo cuando fue consultado sobre los insultos que intercambiaban los parlamentarios.
Alrededor de las 20:30, las bases de los marchistas empezaron a llegar hasta la plaza Murillo, pero el Gobierno restringió su ingreso.
En Palacio, los tres dirigentes que hicieron uso de la palabra reclamaron a Evo Morales por los sucesos de Yucumo, el 25 de septiembre. El dirigente Adolfo Chávez, con lágrimas y con la voz quebrada, dijo: “ojalá que nuestros hermanos no estén planificando su vida en la cárcel”, en referencia al proceso que instauró la ministra de Justicia Nilda Copa en contra de los presuntos responsable del denominado ‘secuestro’ del canciller.
“No nos vean como sus enemigos. Somos sus hermanos de carne y hueso. Queremos seguir viviendo en paz, no somos dañinos, no somos ofensivos, somos sus hermanos”, agregó el dirigente.
“Le pedimos al presidente, a todo su gabinete de ministros, respetar la Constitución. De un Gobierno indígena, queremos que se respete los derechos de los indígenas", pidió Fernando Vargas, a su turno en la testera.
Finalmente, el presidente Evo Morales promulgó la Ley de Protección al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, pero pidiendo a la dirigencia indígena que ‘explicara’ a las comunidades del parque que sí quieren carretera las razones para suspender la construcción de la vía, para que “no me echen la culpa a mí sobre este tema”, expresó el mandatario.
Pasada la medianoche, los marchistas iniciaron el festejo por la ley en plena plaza Murillo, con el acompañamiento de los músicos indígenas, por la victoria obtenida.
“Pocas veces un tema ha estado en la agenda periodística en los últimos tiempos. Incluso desde antes de julio, muchos medios de comunicación comenzaron a abordar el tema, aunque de manera periférica. TIPNIS ahora es una palabra de moda, no sólo por el espíritu ambientalista que despertó, sino por su referencia constante en la opinión.
Es muy usual hablar del tema, hasta los niños se saben la sigla: Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure. Claro, de los miles y miles de ciudadanos que se han contagiado de la lucha por el valor ecológico del TIPNIS, unos cuantos deben conocer la reserva entre los departamentos de Cochabamba y Beni.
Una presentadora de televisión desubicada creía hasta hace poco que los “tipnis” eran una raza, otra de las 36 nacionalidades y pueblos referidos en la Constitución Política del Estado y otra comunicadora hasta hizo un adjetivo de TIPNIS: “entipnados”, como “indignados” o el popular “emputado” del habla nacional.
Los indígenas del TIPNIS hasta “sensibilizaron” a políticos conservadores y movimientos cívicos y universitarios que el 2008 apañaron acciones racistas en Cochabamba, primero, luego en Sucre y Santa Cruz. Olvidaron que antes renegaban porque la Constitución les haya dado tanto valor en sus textos.
Ni qué decir de las coberturas periodísticas al conflicto. La Razón, por ejemplo, envió al menos siete equipos de periodistas y fotógrafos a los distintos tramos de la marcha, desde su inicio en Trinidad hasta su final en La Paz, el miércoles. Otros medios hicieron el mismo esfuerzo; hubo una cobertura nunca antes vista.
“Nunca más Bolivia sin los indígenas”. La frase retrata ahora un país distinto, que conoce más a sus pares otrora ignorados o discriminados. Si la sensatez primara, quizás los bolivianos reconocerían que el tan vilipendiado “proceso de cambio” en el naciente Estado Plurinacional germinó eso. TIPNIS aquí, TIPNIS allá...”1
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